Cuando era niña, solía escuchar la música que tenía mi padre en sus cassettes. Mis preferidos eran Fuxan os Ventos, A Roda, Xocaloma… De este último, había una canción que me dejaba el estómago con nudo marinero, de esos que se te ponen cuando ves cómo se aleja el amor de tu vida…
Este tema que Xosé Luis Silva Romaní (la «Xo» del grupo) dedicó a su padre, maestro de escuela en tiempos difíciles, me hacía fantasear con la idea de que, algún día, yo vería cómo el sueño se haría realidad, y quizás podría formar parte de él.
Mi primer encuentro con la enseñanza fue en la trastienda de una floristería, cuyo olor siempre me recordará a Diego. Aquel pequeño se instaló, desde el minuto cero, en ese rincón del alma que llevamos de serie los profes, sin ni siquiera saber que lo tenía. Con él descubrí que mi metro y medio podía parecerse a la mismísima Lara Croft, solo depende de los ojos que lo observen. También descubrí mi verdadera vocación, entre flores de colores y cien tonos de verde.
Ya son más de 20.000 horas de docencia las que llevo en la piel, y en cada poro, la mirada de cada alumno que pasó por mis clases.
Después del notición de los MOOCs, dedicamos ahora este espacio al siguiente eslabón de la cadena: La Universidad con titulaciones gratuitas! Un ejemplo de ello es The Open University, del Reino Unido, o ya en España, la Universitat Oberta de Catalunya entre otras, donde podemos encontrar todo tipo de formación universitaria liberada para que podamos acceder a ella cuando queramos, desde cualquier lugar del mundo.
Yo ya lo tenía claro, queda más que probado: La libertad es un hecho y la educación, un derecho. Si no lo haces es porque no quieres.
ES TU DIOS